sábado, 4 de septiembre de 2010

El amor,
aquél amor que yo me imaginé
aquél amor a quién yo dediqué mi vida
aquél amor...

el odio,
el rencor,
la necesidad,
el olvido.

Y tendidos en un pedestal,
observando por fín las estrellas
esas estrellas distantes,
aquellas que nos vieron enamorarnos.

Allí, vimos
reflejados en nuestras miradas vacías
el amor, lejano
el amor, que un día nos unió.

Porque cada uno tuvo sus cosas,
cada uno tuvo que ponerle fin
éramos consumidos cada vez más

como una droga,
nos necesitábamos
vivíamos de la abstinencia
de la distancia que sí
era física, luego interna.

 y creímos que íbamos a llegar
creímos,
que sólamente era cuestión de esperar,

caímos en la conclusión
de que terminamos muriendo.

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