Cómo no querés que te extrañe loco mío, como no queres que te ame con la vida como te amo. Como no querés que los nudos en mi garganta aumenten cuando veo tu cara y tus bigotes que me pinchan siempre. Como no querés que piense en tu voz, en tus abrazos, en las cagadas a pedos que siempre tenes para hacere. No, no puedo, me niego a perderte algún día. No quiero sentirme sin tu esencia tan distinta; porque fuiste vos quien me dio vida, porque fuiste vos quien hace mis días, sos quien vive para mí y yo soy quien vive para vos. No quiero que tu sonrisa se vaya, no quiero que tu flama se vaya. Quiero vivir siempre en tus caricias, en tu humildad, en tu sinceridad. Aquella carta, una de las pocas que escribiste para mí hace tiempo atrás - y que cada vez que la leo, tu voz redacta cada oración - me hace llorar por lo hermoso que podes ser a veces (porque si, sos demasiado mucho poco demostrativo) pero te amo así papa. Sos la razón de mi existir. Y quiero remendar mis errores cometidos en invierno, para hacerte sentir que no estoy en vano acá, para que realmente veas el fruto, que me veas feliz y contenta.. radiante. Tengo mucho por lo que esforzarme lo sé, pero lo voy a conseguir por seguir viendo tus bigotes al costado de tu sonrisa hermosa.
Te amo Carlos.
Se que jamás lo vas a leer, pero quiero rendirte un homenaje hermoso acá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario